¿Cuándo sí, cuándo no?, la experiencia me ha enseñado que no está una peleada con la otra, pero si es conveniente tener en cuenta cuándo privilegiar una más que la otra.
Te voy a contar desde mi experiencia dos de los casos en los cuales es conveniente adoptar más que adaptar y en cuales es mejor adaptar más que adoptar.
El primer caso es el de adoptar más que adaptar, y es cuando en una empresa se decide implantar un ERP (Enterpise Resources Planning) por sus siglas en inglés, un sistema que basado en las mejores prácticas, el cual permite el procesamiento de las transacciones de la empresa de forma integral, como al recibir un producto en el almacén, se compruebe el pedido u orden de compra, se le de entrada, se actualice el inventario, se programe el pago conforme al precio establecido y utilizando el presupuesto autorizado para tal compra, dejando sentado en la contabilidad dicho movimiento. Todo eso con solo haber dado como recibido el material o como se le dice comúnmente, dar entrada al material, todas las operaciones mencionadas posteriormente se realizan de forma automática en el mismo sistema.
Este tipo de sistemas requiere de procesos de negocio claros e integrados, de áreas que colaboren de forma ordenada y armonizada, por lo que aquí es donde aparece el reto: “Aquí lo hacemos diferente”, en mi experiencia es que en lo general no es diferente, en lo particular pudiera ser, pero en mis más de 20 años implantando ERP’s en el mundo, nunca vi que lo general fuera distinto, inclusive en países muy contrastantes o entidades de gobierno o privadas, lo que si vi fue un interés de en el detalle ser diferentes, y aquí viene lo más revelador, esas diferencias no eran en su gran mayoría por obligaciones de ley o norma, sino por costumbres o caprichos departamentales.
Aquí es donde la adopción es más útil que la adaptación, pues en la gran mayoría de implantaciones de ERP’s las adaptaciones complican o retrasan la implantación, y peor aún, vuelven muy complejo y algunas veces inestable el sistema en el mantenimiento o evolución de éste.
En otras situaciones como las buenas prácticas o métodos reconocidos o recomendados por organizaciones, en este ejemplo, como el PMI para la gestión de proyectos, la adaptación es más útil que la adopción, pues hay tantas y tan particulares prácticas que no todas son útiles o bien pudieran ser ajustadas o tropicalizadas al lenguaje, cultura o forma de trabajar, eso si, sin perder su esencia, esto es que si bien un plan de trabajo debe tener una estructura, en la práctica el solo poner cuidado en las actividades, dependencias, responsables y duraciones será suficiente, entrar a obligar q hacer una tabla RACI, cuando no hay siquiera la cultura de quién lo va a hacer, dificulta la adopción o aplicación de esa práctica, si la empresa recién comienza a organizar trabajos en una secuencia, se debe privilegiar adoptar la práctica al nivel de madurez de la empresa y poco a poco ir subiendo la complejidad para que se pueda usar en su máximo esplendor.
Como lo dije al principio, una no está peleada con la otra, solo que se debe poner en la balanza qué beneficios me trae una de otra, pero sobre todo en qué condiciones está mi empresa u organización para adoptar o adaptar una buena práctica. Mi recomendación en resumen es, cuando la práctica pueda aplicarse tal cual es propuesta, Y MI ORGANIZACIÓN, está preparada o al menos dispuesta al realizar el esfuerzo de adoptarla con toda la rigurosidad del caso, ADOPTA. Cuando no estés lo suficientemente maduro ni dispuesto a un esfuerzo o a poner en riesgo tu operación, no renuncies a incorporar una buena práctica, mejor ADAPTA y comienza poco a poco para llegar a dominar esa nueva práctica con el tiempo.
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